sábado, 11 de agosto de 2012


La hermosa langosta aplastada en la vereda[1]

Desnuda,
ante mí.
Despojaste tu ropa,
en el suelo quedó.

Mírala tú.
Mira como su pecho canta.
Se abre y se cierra.
Suave, suave.

Ella está rota.
Como una langosta aplastada en la vereda.
Pero hermosa.
Mírala tú.

Su cabello llueve.
Se cristaliza en mis manos.
Se sale de mis dedos.
Se evapora en mí.

Su piel de ámbar se vuelve transparente.
Puedo ver sus pulmones
cantando.
Llenos de humo.

De humo verde
que me envuelve,
que me consume,
que me acaricia.

Dime niña de corazón plateado,
¿Qué pretendías con tu llegada?
Me prendí a ti.
Y saludamos al sol.

¿Volverás por mí?
Me he quedado con tu alma.
Mírate al espejo y date cuenta
Que ya no estás completa.

Dime niña de ojos de flor,
has hecho de mí sólo cenizas.
Eres agua,
y me apagaste.

Dime niña de sexo volcánico,
niña de gritos ahogados,
niña de energía omnipresente
¿Hacia dónde vas?



[1] Inspirado en la canción La hermosa langosta aplastada en la vereda de la banda uruguaya Buenos muchachos.

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