sábado, 14 de enero de 2012


Sin Zapatos

¿Qué mira el hombre que camina descalzo?
Divagando va. Derecha. Izquierda. Sin rumbo, sin destino. El hombre camina lentamente, el sol se refleja en su frente brillante, las gotas de sudor corren por su rostro y bajan por sus hombros desnudos.
¿Qué lleva en la mano? ¿Un pedazo de pan seco o una botella de aguardiente? ¡Pobre hombre! Camina descalzo sobre la arena, sus pies están enrojecidos. Camina sobre las piedras, los cigarrillos encendidos, la basura y los desperdicios.
¿Qué habrá hecho aquel hombre para merecer su infortunio?
Puede ser él el que mató a una joven la semana pasada, o puede ser él al que persiguen los asesinos.
¿Quién mira al hombre que camina descalzo?
Mira como la piel se le pega a los huesos.
¿Será su culpa o nuestra?
Para ese hombre no existe la rutina ni el pan de cada día, no conoce de amor, no conoce de familia. Sólo camina. Camina solo. Somos más los que lo miramos que los que nos acercamos.
-Aquí tiene, pobre hombre, no malgaste el dinero, cómprese unos zapatos.

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