sábado, 21 de enero de 2012

Los pensamientos de Jimena

Jimena veía las olas del mar golpear las rocas en la orilla. Por un momento sintió que ella era una roca, recibiendo golpe tras golpe, y las rocas inmóviles, como si no les afectara. Sí, Jimena sintió que ella era una roca, inquieta y tranquila como si las situaciones incómodas pasaran desapercibidas frente a sus ojos, como si a Jimena nada le afectara.
Jimena siempre estaba allí para escucharlos a todos, pero nadie estaba allí para escuchar a Jimena. Cuando la gente necesitaba ser aconsejada, Jimena estaba allí para hacerlo, pero cuando Jimena se sentía confundida, nadie estaba allí para aconsejar a Jimena.
Jimena siempre piensa más de dos veces antes de actuar para no afectar a alguien sin notarlo, pero cuando se trata de Jimena la gente la pisotea sin siquiera mirar abajo, mientras que ella sólo se queda inmóvil sin quejas, sin reproches, como las rocas, en silencio, esperando ¡Qué alguien en algún momento piense en Jimena!
Jimena tiene esperanza de que un día todo cambiará, pero nadie muestra inicios de preocuparse por Jimena.
Jimena es muy buena, es fuerte, es comprensiva, es atenta, alentadora, pensante, madura, responsable, única, es agradable, cálida, alegre, intuitiva, diferente, hermosa, amorosa, delicada, respetuosa, inteligente, fresca, segura, digna, confidente, Jimena es honesta, tranquila, inocente, natural, defensora, divertida, talentosa, sonriente, entusiasta, carismática, y en conclusión perfecta.
Jimena es admirada y amada por todos. Pero cuando Jimena está triste, no tiene a alguien a su lado que le pregunte -¿Cómo estás?- porque todos dicen que aman a Jimena, pero nadie lo demuestra.

Cuando Jimena se siente sola, nadie acompaña a Jimena, pero cuando alguien necesita compañía ¿adivinen a quién buscan? A Jimena. Siempre dispuesta a dejar sus obligaciones y deberes para ofrecer ayuda, pero nadie deja nada atrás para ayudar a Jimena.
Todos están demasiado ocupados. Cualquier cosa es más importante que Jimena. Una botella de ron, un programa de televisión, una llamada telefónica, la fiesta del vecino, el mensaje de texto de Fernando, una simple charla sin sentido, media hora más en el despertador, una cita en el salón de belleza, un cigarrillo sin encendedor, un porro de marihuana, quince minutos de tu rutina de ejercicios, dos copas más de vino, un postre para alimentar la gula, un concierto de la banda que no te gusta, un libro que no te interesa, un partido de futbol,  una noche de sexo vacío. Cualquier cosa es más importante que Jimena.
Entonces Jimena siempre está allí para todos, pero para Jimena sólo está ella misma. Se cansó de falsas esperanzas, de imaginar que la gente notaría que están errando sin que Jimena tuviera que mencionarlo, ¿Qué creen que pasaría si Jimena se revelara? Si Jimena comenzara a pensar en ella misma y en nadie más.
Pues todos dejarían de amarla y admirarla, Jimena entonces sería egoísta, malagradecida, caprichosa, ego centrista, problemática, demente, histérica, solitaria, malcriada, irrespetuosa, narcisista, aislada, rechazada, bruja, viciosa, individualista, irracional, ignorante, desagradable, fría,  mentirosa, maliciosa. Jimena sería odiada por la gente que solía decir que la amaba.
¿Qué harían ustedes en el lugar de Jimena?
Si para Jimena no existía un no por respuesta, ella dejaba de limpiar la casa, de salir con sus amigos, de divertirse, de hablar con Daniel, de tener sexo, de fumarse un cigarrillo, de leer un buen libro, de descansar después de terminar los deberes, de dormir, de cocinar, de comer, de beber un poco de whiskey o de beber un poco de agua, de bañarse, de pintarse las uñas, de escribir un poema, de mirar las estrellas, de mirarse al espejo. Jimena era capaz de dejarlo todo para brindarle una sonrisa a alguien más, mientras que las sonrisas de Jimena eran vacías y poco espontáneas.
Pues entonces Jimena sintió que era una roca, pues ellas resisten golpe tras golpe, ¿Pero qué pasaría si un día las rocas deciden golpear a las olas? Quizás el mar les pediría disculpas e hiciera algo para reponerlo  o quizás el mar se enfadaría con tanta fuerzas que golpearía a las rocas con constancia hasta que estas sean destruidas. Ese era el temor de Jimena, dejar de ser amada y comenzar a ser odiada, aunque al final no sería mucha la diferencia, pues todo el pueblo ama a Jimena, pero Jimena está sólo acompañada por ella misma.
Jimena reflexionaba, pensaba en qué sería lo más conveniente, pero se detuvo a indagar en ese último pensamiento, si ahora la gente decía amar a Jimena y le ofrecían ese terrible trato, ¿Cómo sería si la gente la odiara? Entonces su trato hacia ella empeoraría, Jimena no sabía si pensar o no pensar.
Jimena quiso congelar su mente por un segundo y respirar profundamente. Fue entonces cuando sintió aquel enorme e incómodo nudo en la garganta, era la impotencia de escuchar y no ser escuchada, de amar y no ser amada.
Jimena estaba decepcionada, no sólo de su pueblo, sino del mundo completo, pues ese es el futuro que nos espera, son muy pocas las personas que quedan como Jimena, por eso ella decidió no ser la roca, ni ser las olas. Entró a su casa, miró el reflejo de su rostro en un espejo, sonrió y decidió ser eso, una sonrisa espontánea y alegre, junto con un par de ojos llenos de lágrimas, Jimena no es roca ni es ola, Jimena es ella acompañada por ella misma.

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